A pesar de los 500 km de la primera etapa, al estilo del más genuino Dakar, el recorrido por los espacios naturales de Granada y Málaga nos transportaron a la naturaleza más salvaje.

A través del paisaje desolador arrasado por las llamas, llegamos a los bellos pueblos del valle del río de La Toba, tejedas y árboles petrificados entre desfiladeros, barrancos y arenales formados por la descomposición de la roca, exigía una concentración máxima en la conducción, a la vez que disfrutamos de magníficas vistas de la costa mediterránea, un recorrido sobre un impresionante macizo montañoso con destino al primer avituallamiento en La Resinera, antigua fábrica de resinas y maderas, hoy punto de información turística y zona recreativa.

Después de comer y recuperar fuerzas continuamos por una antigua vía del tren restaurada como vía verde transitable, límite entre Granada y Málaga, una pista que nos ofrece bellas vistas de la Axarquía malagueña.

Málaga no cabe de duda que es un núcleo de alto valor turístico, sobre todo la costa, pero en su interior descubrimos una provincia desbordante de naturaleza, un pulmón verde de atractivas panorámicas en un cadena de montañas de relieve muy accidentado, surcado por infinidad de arroyos, torrentes, veredas empinadas y pasos imposibles que hacían reducir considerablemente nuestro ritmo de viaje.

Un poco más tarde de la hora prevista llegamos al Hotel Cortijo Salinas, ubicado en un privilegiado entorno del Parque Natural de Sierra de Grazalema, un lugar ideal para relajarse, descansar y disfrutar de un menú tradicional con productos típicos de la zona.

2ª etapa: a la mañana siguiente, recuperados nos esperaba una etapa bucle a través de todo el PN de Sierra de Grazalema, después de unos kilómetros por pista asfaltada, nos adentramos en el bello y cautivador paisaje del Parque Natural de Los Alcornocales, este espejismo de luces y sombras nos acercaba a los entrañables pueblos de Ubrique y el Bosque, superados los retos marcados por la organización y después de saborear un contundente plato característico de la gastronomía local, terminamos la jornada visitando Setenil de las Bodegas, declarado Conjunto Histórico, un pueblo incrustado en el tajo formado por el río Trejo, a través del cual nos acercaba a las ruinas de Acinipo.

3ª etapa: ya de vuelta y abusando del asfalto, aunque no menos entretenido y divertido abordamos el Puerto del Viento hacia el Burgo y Ardales, dirección hacia el siguiente reto ubicado en el Castillo de Álora, una fortaleza árabe de origen fenicio, para acabar, recorriendo un tramo más técnico y con cierta dificultad donde cada compañero decidía de forma voluntaria realizarlo, disfrutrando de las panorámicas, que desde el restaurante La Atalaya en Comares, nos ofrecía de La Axarquía su Balcón suspendido sobre el valle. Final de etapa y vuelta a casa.

Una ruta intensa, explorando nuevos lugares y culturas, saboreando y creando recuerdos que permanecerán con nosotros para siempre.

JFOrta.

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