May 1, 2025
🛵 PORTANERO SIN FRONTERAS 🌍
La gran evasión europea de Fenoy
📆 Presentación oficial: Fenoy nos enseñará como ha preparado su viaje.
Prepárate para seguir uno de los viajes más auténticos de Portana Riders…
Nuestro compañero Fenoy se lanza a la carretera en una aventura sin mapas ni reservas: recorrer el Espacio Schengen, esa “Europa sin pasaporte” donde el horizonte es la única frontera 🌄.
🗺 Sin itinerario definido: cada noche elegirá el rumbo del día siguiente. Su brújula serán las carreteras más bellas, con especial atracción por las legendarias rutas alpinas 🏔.
💶 Presupuesto total: 3.000 €. Cuanto más ahorre en comida o alojamiento, más lejos podrá rodar con gasolina ⛽. Lleva provisiones para unos 40 días (excepto proteínas, que cazará en ruta 🍳🌭).
😴 Dormirá en tienda o donde el entorno se lo permita, improvisando entre campings y rincones mágicos 🌌.
🛠 Este viaje se sostiene sobre 4 pilares fundamentales:
1️⃣ El tiempo que tenga
2️⃣ El dinero disponible
3️⃣ Su Honda Africa Twin 750 del año 90, curtida en mil batallas 🦾
4️⃣ Y la salud, que marcará los ritmos y los descansos necesarios 🧘♂
📸 Fenoy irá compartiendo su experiencia con fotos, relatos breves y datos útiles para todos los que soñamos con rutas sin límites.
🚀 Que arranque la aventura…
¡Gas y corazón, Fenoy!
Te seguimos desde Portana Riders con el hashtag #EuropaConFenoy 💥🧡
JFOrta
6 de mayo (970 Km): “Por fin en Francia.” Así resume Fenoy su primera jornada de viaje. Retrasó la salida un día por las alertas de AEMET que anunciaban tormentas severas, con viento de hasta 80 km/h y granizo en toda la zona catalana. Aun así, no se libró del todo: 20 kilómetros de lluvia intensa, viento racheado, niebla cerrada y tráfico denso de camiones convirtieron el arranque de esta evasión en una prueba de resistencia. “Una experiencia que prefiero olvidar”, nos dice. Pero ya está al otro lado. Y esto... ¡acaba de empezar!
8 de mayo. La jornada comenzó con contratiempos. Fenoy descubrió la rueda trasera completamente desinflada. Pensando que era un pinchazo, desmontó... pero no: la válvula oxidada de una cámara Michelin se había arrancado sola. Con el horario ya justo, decidió saltarse parte del plan y dirigirse directo a la Garganta del Tarno, una ruta imprescindible para cualquier motero. El mapa Michelin, fiel compañero, no defraudó: El camino resultó ser una auténtica joya, paisajes impresionantes, curvas disfrutonas y ese tipo de ruta que justifica cada kilómetro recorrido.
10 de mayo. La jornada amaneció gris y complicada para Fenoy. Este tramo, conocido por sus curvas suaves, su trazo entre viñedos y colinas, y su inconfundible sabor a carretera con historia, quedó escondido tras el velo de la tormenta. Una belleza que se intuía entre los cristales empañados del casco y que quedará pendiente para otra ocasión, cuando el clima permita saborearla como merece. Y por si fuera poco, el cable de embrague decidió romperse, añadiendo un nuevo reto a la aventura. Un contratiempo más que pone a prueba la paciencia, el ingenio y la determinación de Fenoy.
12 de mayo: Era la tercera vez que Fenoy cruzaba Italia y el país le ofrecía esta vez un asfalto en mal estado, un tráfico agobiante y una casi total ausencia de campings fuera de las zonas más turísticas. Desde la una del mediodía estuvo buscando dónde dormir, y no fue hasta las 19:30 cuando logró convencer a un camping que solo aceptaba caravanas. Al día siguiente, harto del caos en carretera, se desvió hacia Suiza y lo que encontró fue una enorme tormenta nocturna, con truenos, relámpagos y viento, que lo mantuvieron en vela atento al estado de su tienda. Por suerte, aguantó. Esa noche acampó en un camping cerrado pero accesible, sin valla y con espacio de sobra: noche tranquila y dinero ahorrado. Justo al terminar de montar, la lluvia volvió con fuerza, esta vez acompañada de viento y frío. Los puertos de montaña como el Overpass y el Furkapass estaban cerrados por nieve y hielo, descubrió que existe un tren que transporta vehículos por túnel. Próximo objetivo: averiguar si también aceptan motos.
Dos días sin roaming dan para mucho… Fenoy dejó atrás Suiza, cruzó Liechtenstein y llegó a Austria. Pero la nieve se cruzó en el camino. 🏔️ Puertos cerrados, curvas abiertas. Una nevada tardía bloqueó la mayoría de los pasos alpinos. Fenoy subió hasta donde pudo, dio la vuelta, y repitió desde el otro lado. Porque rendirse no es una opción cuando hay curvas que conquistar. "Subí hasta donde me dejó… y volví por el otro lado hasta donde pude volver a subir." 🚂 Solución sobre raíles. Para seguir avanzando, moto al tren y cruce subterráneo bajo el Grimsel Pass. Otra forma de seguir evadiéndose, aunque sea bajo tierra. 📍 Ahora ya rueda por el este de Austria, y la aventura sigue. 📊 Datos de la etapa. ⛽ Gasolina: 306 € 🍽️ Otros gastos: 146 € 📏 Kilómetros acumulados: 3.000 km 🗓️ Día 10 de ruta ❄️ Puertos cerrados: varios 🚞 Acceso especial: túnel bajo el Grimsel Pass Próxima parada: más al este… La Evasión continúa.
Fenoy ha vuelto a inaugurar temporada en otro camping ⛺, esta vez en tierras eslovenas 🇸🇮. Todo el trayecto ha transcurrido entre densos bosques 🌲, sin paisajes espectaculares para la foto, pero por una carretera con mucho encanto 🚴♂️, tranquila y sin apenas tráfico. El esfuerzo acumulado empieza a notarse 😓, y eso le ha llevado a acortar un poco la ruta diaria. Aun así, la Evasión sigue avanzando firme, a su ritmo 🧭. La jornada ha sido larga, entre carreteras vacías 🛣️ y árboles interminables 🌳. Al final del día, cruzó la frontera y se adentró en Hungría 🇭🇺. El inicio fue prometedor, con un paisaje verde y fresco 🌿, pero a mediodía empezó a llover 🌧️... y no paró hasta llegar al camping, ya en el norte del país. Antes de terminar, hizo una parada para visitar el lago más grande de Hungría 🌊. Le sorprendió lo poco accesible que es: no hay caminos ni carreteras cercanas, y no pudo acercarse a la orilla. Aun así, las vistas a distancia fueron realmente espectaculares 👀.
20-21 de mayo: Ayer cerramos jornada en Chequia y hoy, sin apenas tiempo para reponerse, Fenoy ha puesto rumbo a Polonia. La ilusión de alcanzar el mítico Cabo Norte seguía viva… al menos esta mañana. Pero tras 580 kilómetros de carreteras nacionales, lo que hoy ha vivido no ha sido precisamente una postal escandinava: han sido once horas de dolor, lucha y gasolina justita. El plan era claro: probar si su cuerpo aguantaba etapas maratonianas como las que exige Cabo Norte, de 500, 600… ¡o incluso 800 kilómetros diarios! Pero como suele pasar en los viajes y en la vida, una cosa es el plan, y otra la realidad. Las manos, la espalda y el noble trasero —compañeros inseparables de viaje— han empezado a quejarse a gritos a mitad de camino. “Tras tres o cuatro horas de moto ya estoy deseando bajarme”, confiesa Fenoy, sincero, sin paños calientes. El día no solo ha dolido en el cuerpo. También ha puesto a prueba los nervios: al ir a repostar, se dio cuenta de que había extraviado la tarjeta. Y como si eso no fuera poco, en Chequia el euro no sirve ni para comprar una mirada amable, y las gasolineras parecían más dispuestas a vender fuego que a aceptar moneda extranjera. Secos como el bocadillo de polvorones. Gracias a su previsión —y a esa gasolina de reserva que guarda como oro líquido en el depósito trasero— logró cruzar la frontera hasta Alemania, donde el euro vuelve a ser bien recibido, y los surtidores no te miran raro por pagar con billetes. Esta noche, Fenoy meditará sobre el futuro del viaje con su mejor consejera: la almohada. Todo apunta a que el sueño de Cabo Norte deberá esperar, porque si algo ha aprendido Fenoy en esta evasión es que no hay cima que valga más que la salud, ni ruta más épica que la que uno decide disfrutar sin sufrimiento. Y eso también es ser valiente.
🌧️ La jornada empezó bajo un cielo gris y terminó envuelta en frío y agua. Fue, sin duda, uno de los días más duros de toda la travesía. Fenoy continúa su ruta por tierras alemanas 🇩🇪, y le tocó enfrentarse a una jornada de transición complicada: lluvia constante, en ocasiones torrencial 🌧️🌊, y el día más frío desde que arrancó esta gran aventura ❄️🥶. Aun así, no se detuvo. Con paso firme 🏍️💨, aunque algo ralentizado, llegó al camping ya bien entrada la tarde, agotado pero con el deber cumplido 💪⛺️. Ese día, la ruta lo llevó por carreteras menos solitarias, dejando atrás parte del silencio de los bosques alemanes 🌲🛣️. Cada kilómetro lo acerca un poco más a casa 🏡✨
🌤️ ¡Por fin un respiro! Tras tantos días empapados, hoy no ha llovido. Y eso, en una ruta como esta, ya es una pequeña gran victoria 🏁✨. El día comenzó entre carreteras secundarias que cruzan los campos cultivados del centro de Francia 🌾🚜. Un paisaje más abierto, más tranquilo, donde el verde y el amarillo dibujan horizontes infinitos 💚💛. Aunque el terreno ha perdido parte del encanto montañoso y boscoso de días anteriores 🌲🏔️, la sensación de avanzar se impone. Ha llegado el momento de cambiar el chip: Fenoy pulsa el botón de "autovía" 🛣️ y enfila los últimos 650 km en territorio francés con la mente ya puesta en la recta final de esta gran evasión 🧭🏍️💨.
Carmen
Un auténtico AVENTURERO! Espero que disfrutes mucho. Te copio truquillos, vamos que me voy a comprar “el SILBATO” de salvamento
Coke
Adelante Fenoy. Sigue informando que tiene un aspecto brutal, aunque lo hayas pasado regular en la primera ruta interminable.
JUANCHO
El viaje soñado por todos… disfruta de lo bueno y de lo malo siempre se aprende algo positivo. Seguiremos tus aventuras!!
Céline
Un gran aventurero Fenoy👏🏼👏🏼
Muchas gracias por darnos este placer de seguirlo en su travesía hacia el norte de Europa ✌🏼
Coke
Increíble Fenoy. Nos haces vibrar con tu viaje. Aunque no lo estás pasando bien. Los recuerdos serán inmejorables. Y una auténtica historia que contar. Un abrazo
Carlos Sebastián
La voluntad mueve montañas, pero a nuestras edades las tiene que acompañar el cuerpo. Por desgracia ya no se tiene como cuando teniamos 30 años. Mi máximo respeto a un sr que ama la aventura en moto.